Juan 3, 16-21 - II Miércoles de Pascua

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 3, 16-21 Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios. En esto consiste el juicio: la luz vino al mundo, y los hombres prefirieron las tinieblas a la luz, porque sus obras eran malas. Todo el que obra mal odia la luz y no se acerca a ella, por temor de que sus obras sean descubiertas. En cambio, el que obra conforme a la verdad se acerca a la luz, para que se ponga de manifiesto que sus obras han sido hechas en Dios. Palabra del Señor.

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Algo del evangelio quiere ayudarte a meditar cada día la palabra de Dios, que es viva y eficaz. La lectura del evangelio que nos propone la Iglesia día a día, va acompañada de un breve comentario, realizado por el Padre Rodrigo Aguilar, Diócesis de San Miguel, Buenos Aires, Argentina.