The Dream Of Life - Alan Watts

Si te despiertas de esta ilusión y entiendes que el negro implica blanco, el yo implica otro, la vida implica muerte (¿o debo decir que la muerte implica vida?), Puedes sentirte a ti mismo, no como un extraño en el mundo, no como algo aquí en libertad condicional, no como algo que ha llegado aquí por casualidad, pero puede comenzar a sentir su propia existencia como algo absolutamente fundamental. No estoy tratando de venderte esta idea en el sentido de convertirte a ella, quiero que juegues con ella.. Quiero que pienses en sus posibilidades, no estoy tratando de probarlo. Solo lo estoy planteando como una posibilidad de la vida para pensar. Entonces, supongamos que todas las noches pudieras soñar cualquier sueño que quisieras soñar y que, por ejemplo, pudieras tener el poder dentro de una noche para soñar 75 años, o cualquier período de tiempo que quisieras tener . Y, naturalmente, al comenzar esta aventura de sueños, cumpliría todos sus deseos. Tendría todo tipo de placer que pudiera concebir. Y después de varias noches de 75 años de placer total, cada uno decía: "Bueno, eso fue genial. Pero ahora tengamos una sorpresa, tengamos un sueño que no está bajo control, en el que me va a pasar algo que no sé lo que será. " Y cavarías eso y saldrías de eso y dirías "Wow, eso fue un afeitado apurado, ¿no?". Entonces te volverías cada vez más aventurero y harías más y más apuestas lo que soñarías. Y finalmente, soñarías donde estás ahora. Soñarías el sueño de vivir la vida que realmente estás viviendo hoy. Eso estaría dentro de la infinita multiplicidad de opciones que tendrías. De jugar que no eras Dios, porque toda la naturaleza de la divinidad, según esta idea, es jugar que él no lo es. Entonces, en esta idea, todo el mundo es fundamentalmente la realidad última, no Dios en un sentido políticamente real, sino Dios en el sentido de ser el yo, el básico profundo, sea lo que sea. Y eres todo eso, solo estás fingiendo que no lo eres.

Om Podcasten

Serie de audiolibros de crecimiento personal y espiritual. Tus pensamientos te llevan a tus propósitos, tus propósitos a tus acciones, tus acciones a tus hábitos, tus hábitos a tu carácter, y tu carácter determina tu destino. El cambio siempre supone resistencia, porque establecer un nuevo hábito supone un esfuerzo y todo nuestro ser nos pide, aunque nos estemos comportando de forma perjudicial para nosotros mismos, seguir actuando como lo veníamos haciendo.