Chispas del fuego olímpico
La inauguración de los juegos olímpicos siempre es un evento histórico: un resumen de los símbolos de la cultura que los alberga cada cuatro años, y esta vez París no fue la excepción. Desde la cabeza de María Antonieta hasta la polémica por La Última Cena, de Leonardo da Vinci, es mucho lo que se puede decir sobre el pasado de Francia y la forma en que esta vez fue retratado mientras la llama olímpica ascendía en un globo aerostático, acaso el guiño más bello a la vida parisina ayer, hoy y siempre.