Galileo. La pluma y el martillo.

En el Convento de la Minerva, se hizo el silencio que precede al rito: lentamente, el anciano se arrodilló ante sus jueces; cerró los ojos, inclinó la cabeza y con voz oscura recitó el juramento ordenado por la Santa Inquisición: Yo Galieo Galilei, de setenta años de edad, postrado ante este Tribunal de Roma, me acuso de haber defendido falsas doctrinas que ofenden a Dios. La más grave sostiene que el Sol ocupa el centro del Universo.

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Las mentes más claras de la historia han ido tejiendo poco a poco la intrincada tela de araña del conocimiento científico. De aquellos y aquellas que destacaron por encima de otros hablamos aquí. En cada programa les ofrecemos la biografía de un gran sabio y todas ellas se van sumando a nuestro podcast: Ciencia y Genios.