Ahora sí, la herencia bien entendida

Un día, Thomas Hunt Morgan, el más que dinámico biólogo que se pasaba su vida de investigador en el laboratorio en el famoso Cuarto Volador, y sus colegas encontraron en el laboratorio una mosca de sexo masculino con ojos blancos en lugar de los rojos normales. ¿Era una especie nueva, que por lo mismo no podía tener descendencia con sus congéneres? La cruzaron con una hembra de ojos rojos y ahí estaba, una descendencia con ojos rojos. El siguiente cruce entre estos descendientes híbridos mostró que algunos, todos machos, tenían los ojos blancos, y las hembras rojos. Este simple experimento sirvió a Morgan, como le había sucedido a Mendel y otros tantos estudiosos de las leyes de la herencia para esclarecer los mecanismos esenciales de cómo se transmiten las características de progenitores a descendientes aunque no siempre ocurre de forma sencilla.

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En Cierta Ciencia, de la mano de la genetista Josefina Cano nos acercaremos, cada quince días, al trabajo de muchos investigadores que están poniendo todo su empeño en desenredar la madeja de esa complejidad que nos ha convertido en los únicos animales que pueden y deben manejar a la naturaleza para beneficio mutuo. Habrá de todo como en botica; historias de la biología, diversas en contenido y extensión aunque amarradas por esa grandiosa idea de la evolución.