El Sol y la vitamina D.

En 1941, Frank Apperly, médico y patólogo estadounidense, demostró una correlación inversa entre los niveles de radiación ultravioleta y las tasas de mortalidad de cáncer y propuso que la luz del sol de alguna manera confería “una relativa inmunidad al cáncer”, en lugares del cuerpo que no fueran la piel. Aunque el artículo de Apperly atrajo poca o ninguna atención en ese momento, casi medio siglo después existe una fuerte evidencia, venida de diferentes campos de la ciencia, que indica una considerable disminución de cáncer de colon, próstata, mama, ovarios, y una incidencia menor de enfermedades autoinmunes a medida que nos acercamos al trópico. Si la exposición al sol se considera uno de los factores de riesgo más importantes para el cáncer de piel (melanoma) es difícil entender su factor protector para otros tipos de cáncer y cómo puede ayudar en la prevención de otras enfermedades.

Om Podcasten

En Cierta Ciencia, de la mano de la genetista Josefina Cano nos acercaremos, cada quince días, al trabajo de muchos investigadores que están poniendo todo su empeño en desenredar la madeja de esa complejidad que nos ha convertido en los únicos animales que pueden y deben manejar a la naturaleza para beneficio mutuo. Habrá de todo como en botica; historias de la biología, diversas en contenido y extensión aunque amarradas por esa grandiosa idea de la evolución.