Internet y su cerebro funcionan muy parecido.

Un descubrimiento en el Instituto Salk indica la existencia de un algoritmo que se usa tanto en Internet como en el cerebro humano. En ingeniería de la computación, el control del flujo de información se hace analizando la congestión de las vías de Internet, buscando que las rutas no se encuentren ni atascadas ni sub-utilizadas. Para lograr esto, Internet utiliza un algoritmo denominado “incremento aditivo, disminución multiplicativa” AIMD, que consiste en enviar un paquete de datos y esperar la confirmación por parte del receptor. Si la respuesta es rápida, el ordenador aumenta la velocidad de envío de datos, si es lenta, la retrasa. Ahora, Saket Navlakha, profesor asistente en el Instituto Salk, ha descubierto que nuestro cerebro opera de forma similar.

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En Cierta Ciencia, de la mano de la genetista Josefina Cano nos acercaremos, cada quince días, al trabajo de muchos investigadores que están poniendo todo su empeño en desenredar la madeja de esa complejidad que nos ha convertido en los únicos animales que pueden y deben manejar a la naturaleza para beneficio mutuo. Habrá de todo como en botica; historias de la biología, diversas en contenido y extensión aunque amarradas por esa grandiosa idea de la evolución.