Memoria de largo plazo

¿Cómo nos acordamos en un instante del nombre de alguien a quien no veíamos hace mucho tiempo? ¿Por qué podemos contarles a nuestros familiares de hechos sucedidos décadas atrás? La memoria de largo plazo y las moléculas actuando en armonía nos lo permiten. La actina es una proteína que forma parte del citoesqueleto de todas las células del organismo, aunque su papel en la consolidación de la memoria de largo plazo la sitúa en un punto clave de interés. Investigaciones recientes en la Rice University sugieren que los filamentos de actina que controlan la forma de las neuronas pueden ser el elemento clave que hace que la maquinaria molecular de estas células pueda formar y guardar la memoria de largo plazo.

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En Cierta Ciencia, de la mano de la genetista Josefina Cano nos acercaremos, cada quince días, al trabajo de muchos investigadores que están poniendo todo su empeño en desenredar la madeja de esa complejidad que nos ha convertido en los únicos animales que pueden y deben manejar a la naturaleza para beneficio mutuo. Habrá de todo como en botica; historias de la biología, diversas en contenido y extensión aunque amarradas por esa grandiosa idea de la evolución.