Tomar luz.

Tomar luz, no drogas. De cómo la terapia de luz podría aliviar desde la depresión hasta el Alzheimer. El bienestar enorme que da el recibir la luz en la mañana ayuda a llenarse de ganas para pasar el día y lo mejor, con buenos ánimos. Al revés, cuando se vive durante unos buenos meses a la sombra de los días invernales, el efecto contrario es evidente. Por esta razón, el tratamiento de luz se ha convertido en una terapia para tratar a quienes esa deprivación les ocasiona depresiones estacionales. Durante décadas los investigadores han sabido que la luz influencia los comportamientos animales; exponer a un roedor a la luz durante su tiempo de dormir hace que la glándula pineal en el cerebro, deje de producir melatonina, la hormona que controla los ciclos de día y noche. Y los humanos no tienen por qué ser diferentes.

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En Cierta Ciencia, de la mano de la genetista Josefina Cano nos acercaremos, cada quince días, al trabajo de muchos investigadores que están poniendo todo su empeño en desenredar la madeja de esa complejidad que nos ha convertido en los únicos animales que pueden y deben manejar a la naturaleza para beneficio mutuo. Habrá de todo como en botica; historias de la biología, diversas en contenido y extensión aunque amarradas por esa grandiosa idea de la evolución.