¡Detente!

Quizá una de las frases más nocivas o que más nos molesta es: ¡DETENTE! porque nos parece una pérdida de tiempo detenernos ante el dinamismo agresivo y eterno de nuestra sociedad que jamás descansa. Pero, detenerse por unos minutos puede cambiar nuestra vida. 

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1Pe 3,15, reflexionamos sobre el mensaje Cristiano, los valores del Evangelio y su novedad en el mundo hoy.