Discópolis - 11.278: Pata Negra Live Leganés 1990 II - 05/04/21
Hilarante concierto, caótico, desordenado pero fabuloso e inspirado a cargo de Pata Negra, entonces alter ego de Rafaelillo, sin su hermano Raimundo, que había empezado con su propio nombre una importante carrera internacional.Fue la continuación de otro concierto ofrecido por Aurora con los mismos músicos. La primera parte (1 a 5) es acústica y la segunda (6 a 11) eléctrica. La primera fue muy desordenada, la segunda fabulosa. Hubo duende pero ningún bis. ACTUACIÓN DE PATA NEGRA Sala Universal Sur, Leganés, Madrid, 26 diciembre 1990. Producción propia de RNE 01.- Juan Charrasqueado (5:43) 02.- La Muchachita (Canción Antinacionalista Zamorana) (8:16) 03.- Improvisación para cubrir la rotura de una cuerda (Instrumental) (3:08) 04.- Yo Me Quedo En Sevilla (3:11) 05.- Villancico Flamenco (2:49) 06.- Blues De Los Niños (6:44) 07.- Pata Palo (8:51) 08.- Lunatico (5:38) 09.- Instrumental (5:27) 10.- Lindo Gatito (5:12) Pata Negra: Rafael Amador (voz, guitarra flamenca 1 a 5, guitarra eléctrica 6 a 11), Emilio Fernández (segunda guitarra guitarra flamenca 1 a 5), Juanjo Pizarro (guitarra eléctrica 6 a 11), Diego Amador (teclados 6 a 11 y percusión), Antonio Rodríguez (batería 6 a 11) Juan Nieto (bajo, 6 a 11) El periodista Ignacio Saenz de Tejada hizo una estupenda crónica aparecida dos días después en el periodico El País que decía: IGNACIO SAENZ DE TEJADA "Como siempre, Rafael Amador se pasó buena parte de la actuación mirando sonriente al público, como diciendo: "Escuchad qué bien toco". Como siempre, cuando mejor tocó fue cuando no miraba. El líder de Pata Negra continúa una carrera que puede convertirle en el Curro Romero de la música, porque ofrece su arte y sus enormes posibilidades con cuentagotas."Quedaros allí, en Sevilla, que aquí nos cuesta", gritó al final del recital un espectador indignado, después de haber esperado inútilmente durante 15 minutos a que Pata Negra regalase una canción de propina y saborear alguna gota más de una música excelente pero tacaña. Rafael Amador convirtió su recital en una aventura en busca del instante feliz. En la primera parte, acústica y flamenca, hubo pocos. Unos villancicos por bulerías, una improvisación mientras se cambiaba una cuerda de guitarra rota, y poco más. En la segunda, eléctrica y con blues, la cosa fue algo mejor." Yo añadiría que a mucho mejor.