Con Israel o contra Israel

No hay un término medio, porque la equidistancia es cobardía y favorecer a los criminales del grupo Hamás. Es apoyar a la dictadura teocrática de Irán en su odio contra el pueblo de Israel. Hay un agredido que es Israel y un agresor que son los terroristas palestinos y sus aliados. El primero es una democracia impecable mientras que los otros son defensores de modelos totalitarios y nunca han respetado los derechos humanos. Todos queremos la paz, excepto Hamás y los países que le apoyan como Rusia o Irán. El empalagoso e inconsistente buenismo sanchista se sitúa, una vez más, en el lado equivocado de la Historia. Es cierto que su simpatía está con los regímenes autoritarios y los populismos comunistas de Iberoamérica, pero su descarada antipatía hacia Israel es inquietante. Una vez más se esconde, como hace Borrell, en un apoyo a la paz que significa estar del lado palestino. El antisemitismo militante ha sido algo muy habitual, desgraciadamente, en la Historia de España. En el caso de la izquierda es, todavía, más descarado. No hay más que escuchar las palabras de su socia Yolanda Díaz.

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