¿Las mentiras de Sánchez son eficaces?
Sánchez se mueve con notable habilidad y contrarresta su mala gestión con mentiras y propaganda. Tras hacer suya esa pintoresca máxima de que no miente, sino que tiene derecho a cambiar de opinión, usa la mentira de forma convulsiva. No le importa que sus socios y aliados no confían en él. Lo único que le importa es seguir en La Moncloa. En los medios de comunicación y periodistas afines ha desaparecido la autocrítica para asumir el partidismo más descarado. Nadie se puede ofender. Lo hemos comprobado con los cinco días de la farsa para impulsar la campaña electoral de catalanas y europeas con la vista puesta en un adelanto electoral.