Los avariciosos condotieros del sanchismo
No ha tardado mucho en emerger la incoherencia y la fragilidad del Gobierno y sus aliados. Era una realidad evidente, pero el aparato propagandístico al servicio de La Moncloa tiene una capacidad de blanqueamiento impresionante. La izquierda mediática ha comprado, con el fervor habitual, la conversión de los comunistas, los independentistas y los herederos de ETA en políticos ejemplares. En cambio, el gran problema es la llegada de la peligrosa derecha que está obsesionada en recortar derechos y libertades, acabar con el Estado del Bienestar y devolvernos a los tiempos de Atapuerca. El grado de manipulación es impresionante, pero ha permitido que los medios al servicio del Gobierno aplaudan con gran fervor las mentiras del sanchismo. Con los tres decretos ley, que ni son urgentes ni son necesarios, ha llegado un lío que se hubiera resuelto utilizando la vía de la tramitación ordinaria como proyectos de ley. El problema de fondo es que Sánchez se ha acostumbrado a gobernar a golpe de decreto al estilo de los exquisitos demócratas que forman parte del Grupo de Puebla. Es lo que se conoce como autoritarismo o despotismo democrático.