Otra derrota del sanchismo
No sé si Sánchez conseguirá comprar los votos de Puigdemont, pero la cosa pinta mal. No descarto que lo consiga. Es bueno recordar que tenemos un presidente del Gobierno cuyo plan de trabajo es diario. Ni siquiera mensual o semanal. No tiene otro objetivo que seguir disfrutando de La Moncloa y de los Falcon que ha convertido en su servicio privado de taxis. Los españoles pagamos los caprichos y las arbitrariedades presidenciales. El expresidente catalán sabe que su interlocutor hará lo que sea necesario con tal de seguir en La Moncloa y solo es necesario poner un precio. No hay factura que no esté dispuesto a pagar.