Sánchez hace campaña por Puigdemont

l problema de Sánchez es que se cree infalible. No hay duda de que el síndrome de La Moncloa existe. Lo más inquietante es que no disponemos de una cura. Al igual que sucedía con los soberanos en el Antiguo Régimen, cuenta con una corte que le ríe todas las gracias. Napoleón III también se consideraba un elegido por los dioses y mordió el polvo en la batalla de Sedán. Es lo que le puede suceder al sanchismo en Cataluña. La propaganda de la izquierda política y mediática se centra en el éxito de la pacificación, que realmente ha sido una rendición de Sánchez ante Puigdemont y Junqueras. Ha conseguido la gran victoria de darles todo lo que querían, aunque todavía no han terminado el saqueo y continuarán después de las elecciones. 

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