Sánchez, presidente a la fuga

El viaje de Sánchez a Marruecos, para rendir pleitesía a su gobierno, es lógico en el marco de las relaciones con este país. He defendido siempre que es nuestro aliado preferente y un amigo fundamental al que tenemos que cuidar, aunque ha sido muy mal tratado por la izquierda política y mediática. Otra cuestión es que la especialidad de Sánchez es someterse ante los que necesita para gobernar, como sucede con Puigdemont, Junqueras, Otegi y Ortuzar. Lo hace como José Luis López Vázquez en la película «Atraco a las tres» (1962) o el letrado mayor del Congreso de los Diputados: «Fernando Galindo, un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo». Es lo que hay.

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