Sánchez se queda sin relato

Con tantos palacios, coches oficiales, aviones y helicópteros, Sánchez ha perdido de vista la realidad. Se comporta como si tuviera la mayoría absoluta. Es lógico que le incomode aguantar las preguntas de una oposición que no le valora como se merece. A Feijóo y Abascal los trata con una displicencia impostada y unos aires de superioridad que no se corresponden con la realidad. Se cree el gran estadista de la izquierda mundial e insiste en que la derecha no tiene políticas alternativas, salvo devolvernos a los tiempos de Atapuerca. Tras escucharle parece que Ursula von der Leyen sea su marioneta, en este caso a veces pienso que es verdad, y que Teresa Ribera es la única vicepresidenta de la Comisión. El socialismo ha fracasado en Europa, pero la izquierda mediática compra la propaganda monclovita y parece que ha sucedido todo lo contrario. La política exterior del sanchismo es errática, arbitraria y personalista. No es una política de Estado, porque todo depende de los caprichos partidistas del inquilino de La Moncloa.

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