Episodio 1 - La socialización del sufrimiento

A finales de los 90, ETA mutó su estrategia y amplió su lista de objetivos. De repente, la amenaza dejó de estar acotada a unos pocos y se extendió entre la población civil. Ante el peligro creciente, el gobierno de Aznar tomó una decisión sin precedentes: cambiar la ley para proteger a miles de personas. Y así, de la nada, nació una profesión que hasta entonces no existía en España. Cientos de hombres y mujeres, sin apenas experiencia, se convirtieron en escoltas y aterrizaron en el País Vasco con la misión de resguardar vidas ajenas, sin saber aún cómo afectaría eso a la suya propia. Si eres suscriptor de ABC Premium, puedes escuchar el documental sonoro completo

Om Podcasten

A finales de los años 90 pasaron muchas cosas que están marcadas en la memoria colectiva de España. Los asesinatos de Gregorio Ordóñez y de Miguel Ángel Blanco abrieron un nuevo episodio de terror en el País Vasco. Cambiaron las reglas del juego y el Estado tuvo que actuar dando protección a cualquiera que levantase la voz contra ETA, entre ellos concejales de pueblo, periodistas o profesores. Cerca de 3.000 escoltas privados sirvieron en el País Vasco entre los años 1999 y 2012. La suya fue una profesión nueva, que se creó de la nada y con gente que apenas tenía experiencia. En ese camino marcado por la violencia, se crearon nuevas relaciones, se rompieron familias y se convivió con un enemigo invisible y letal.