331 – El mes de la historieta argentina
En el mes de la historieta argentina, repasamos algunos puntos clave en la creación y difusión de la historieta, tanto en su etapa más clásica como en la actualidad. En la etapa clásica, se destacan las ediciones de antología en formato revista, con una periodicidad semanal. La referencia más destacada es Columba, cuyas revistas de antología se publicaron a partir de los años ’20 del siglo pasado. Podemos destacar las publicaciones de El Tony (1928), Intervalo (1945), Fantasía (1950), D’Artagnan (1957), Nippur Magnum (1981), hasta su cierre definitivo, en 2001. Otra editorial importante de la época es Ediciones Récord, activa desde 1971 hasta 1996, con Skorpio a la cabeza y otras (Tit-Bits, El Tajo). También podemos destacar Ediciones de la Urraca, surgida en 1974, que supo perdurar hasta 2001, con Humor Registrado y Fierro: Historietas para sobrevivientes (1984-1992), como máximos hitos. En la etapa actual destacamos publicaciones de unitarios, editoriales independientes, autopublicaciones y soportes digitales. Tras la segunda y tercera época impresa de Fierro (2006-2017 y 2017-2020), la única antología de salida periódica, a nivel nacional, es Historieta Revólver (2019-Actualidad), que debió reconvertirse de revista a libro, formato que impera en el mercado durante el último tiempo. La compilación bajo este modo de edición, ya sea de series previamente publicadas en el medio impreso o a través del soporte digital (Viñeta Uno, E-Zine de Locorabia, Gcomics, Webcomic Mutante, por ejemplo) es la opción más transitada, de un tiempo a esta parte, por las editoriales independientes o autogestivas. Durante el periodo clásico imperaban los puestos de diarios y revistas, verdadero punto de encuentro entre los lectores y las revistas de historieta, que gozaban de tiradas masivas (ejemplo, los títulos de Editorial Universo, con 300 mil ejemplares semanales en las buenas épocas). Hoy en día, con esa opción en franca retirada debido al avance de los medios de comunicación digitales, las comiquerías se convirtieron en el canal de venta preponderante. La reciente experiencia de CHE Distribución, capaz de nuclear en su cadena de contactos a los principales actores del mercado editorial, asegura la llegada de libros a todo el país (al margen de las pequeñas tiradas predominantes) en lo que sin dudas es una experiencia sin precedentes en Argentina. Al margen de los vaivenes económicos que vienen aquejando el país desde hace tiempo, la crisis del papel de hace unos años y sus desmedidos costos actuales, que van de la mano con una ostensible merma en la lectura de la población por motivos de muy diferente naturaleza, las estadísticas hablan de una oferta editorial en constante crecimiento. Entre rescates editoriales de obras clásicas y material netamente nuevo, la oferta comiquera del mercado ronda anualmente el centenar de títulos, de muy diversas temáticas y factura artística, a lo que hay que agregar las novedades en materia de fanzines, verdadero muestrario de que el fenómeno de la historieta en el país está lejos de desaparecer. Por el contrario, permanece vigente y en constante crecimiento. Basta con recorrer la agenda de eventos nacionales para comprobarlo. ¡Por muchos años más de historietas!