339 – Recordando nuestros maestros de la historieta
En esta oportunidad, queremos enterarnos de primera mano las particularidades de la relación maestro-discípulo en el arte de la historieta charlando con dos maestros con mérito propio que fueran discípulos a su vez de dos grandes maestros, uno de los cuales desafortunadamente nos dejó hace muy poco tiempo. Nos referimos a Carlos Pedrazzini a quien aprovechamos para rendir homenaje en la voz de su discípulo Juan Cavia y de paso volver a revisitar a un gigante de la historieta mundial como fue Alberto Breccia en la voz de su discípulo Gonzalo García. Hipócrates, el padre de la medicina moderna, acuñó la famosa frase: la vida es breve, el arte, duradero. Mientras está relación maestro-discípulo no desaparezca, el arte sin duda tiene su longevidad asegurada. “Cuando el alumno lo necesita, aparece el maestro, cuando el alumno está preparado, el maestro desaparece” Proverbio Zen El término maestro deriva del latin magister y en nuestra lengua tiene dos acepciones diferentes. Por un lado denomina a los educadores en la escuela primaria (ya en el secundario adoptan el término profesores) y por otro (en directa relación con el teŕmino latino) sirve para denominar a aquellos que se destacan como los mejores en la actividad que realicen. Esto implica que no necesariamente alguien que demuestra maestría en la actividad que haga tenga necesariamente la habilidad de enseñarla y, asimismo, no necesariamente todos los que tengan capacidad pedagógica destaquen en la disciplina que enseñan. Sin embargo, existe una tercera categoría que resume las dos primeras. Son aquellas personas que, siendo destacadas en su arte o actividad, ya sea técnica o pedagógica, trascienden ambas dedicándose a formar discípulos en el camino de la disciplina, el arte y la vida en general. Cualquiera de los que tuvimos el privilegio de recibir formación universitaria seremos capaces de recordar solo algunos de los muchos profesores de nuestras carreras, mientras que no dudaremos en señalar dos o tres maestros que realmente nos formaron. Está función formadora, más cercana al mentorazgo que a la mera transmisión de conocimientos (y que implica un nivel de compromiso casi cercano a una relación parental) no es fácil de conseguir. Los maestros construyen una escuela de vida que deja una huella profunda en la sociedad toda a la que pertenecen, ya que los discípulos que alcanzan el nivel de maestría a su vez, suelen continuar la función de maestro para que el mensaje perdure. Esto que fue común durante las escuelas pictóricas, escultóricas y musicales del Renacimiento y que es común aun en las Artes Marciales orientales se puede ver, aunque en menor grado, en el noveno arte. Basta recordar figuras como Disney, Jijé (Joseph Gillian), quien formó la escuela de Marcinelle en Bélgica, la caldera creativa de la EC comics, el bullpen de Marvel o mismo el trabajo de edición de Goscinny y Charlier en la revista Pilote por mencionar sólo algunas pocas. En nuestro país, gigantes creativos como Dante Quinterno, Divito, la revista Lupin, la editorial Columba, Hora Cero y Skorpio, la Escuela Panamericana de Arte (con figuras como Carlos Freixas, Hugo Pratt y Alberto Breccia entre otros monstruos) , Carlos Garaycochea, Oswal, Siulnas, Victor Hugo Arias y muchos otros, fueron responsables de mantener el prestigio de la historieta argentina a nivel mundial con un nivel de maestría envidiable. ¿Quién es Juan Cavia? Trabaja como director de arte e ilustrador desde 2004. Estudió dirección de cine y comenzó a dar sus primeros pasos profesionales en el medio valiéndose de su conocimiento en dibujo y pintura, disciplinas en las que se formó desde temprana edad con el dibujante Carlos Pedrazzini. A los 21 años inició su carrera como director de arte y desde ese momento hasta la fecha ha hecho publicidad, TV, videoclips, teatro y ha trabajado en diez largometrajes como director artístico y escenógr...