Dios mío, Dios mío - Siete Palabras

El Salmo 22 lo describe con una precisión escalofriante: "Soy gusano, y no hombre; oprobio de los hombres y despreciado del pueblo" (Salmo 22:6). "Se reparten mis vestidos, y sobre mi ropa echan suertes" (Salmo 22:18). Es como si David, inspirado por el Espíritu, hubiera visto la cruz cientos de años antes. Pero aquí está el detalle: Jesús no solo cumple el salmo; lo vive. Siente el abandono que el salmista expresó. Y al gritarlo, nos dice: "Yo sé lo que es estar en tu lugar".

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Este canal se abre con el propósito de explicar a la luz del Antiguo y Nuevo Testamento la misión del cristiano de evangelizar. Lanzar la Buena Nueva a los cuatro vientos, proclamar el Kerigma, el cual fue motivo de vida para una perseguidor Pablo de Tarso, Saulo. El cristianismo no es una religión ya que el hombre no se dirige a Dios, sino que es el mismo Dios quien escoge y se aproxima a cada hombre para que tenga de nuevo un encuentro con el Señor. Jesús, el Hijo de Dios, encarnación del mismo Dios en la humanidad, sintiendo las mismas debilidades que cada hombre, sin embargo, su respuesta