5- Kierkegaard: el 'salto existencial' (primero en el 'Postscriptum' y luego en 'El concepto de la angustia')
Sobre el concepto de “salto de fe”, el propio predicador de la Casa Pontificia, el Padre Rainiero Cantalamessa expresa que “no se pretende ‘demostrar’ la existencia de Dios, en el sentido que damos comúnmente a esta palabra. Aquí abajo [en la tierra] vemos como en un espejo y en un enigma, dice San Pablo. Cuando un rayo de sol entra en una habitación, lo que se ve no es la luz misma, sino la danza del polvo que recibe y revela la luz. Así es Dios: no le vemos directamente, sino como en un reflejo, en la danza de las cosas. Esto explica por qué a Dios no se le alcanza más que dando el ‘salto’ de la fe” (en Catholic.net). 'Mutatis mutandi', tal sería la acepción que surgiría del "Postscriptum a sus Migajas Filosóficas" de Kierkegaard, autor al que se debe el impulso del término dentro de su concepción subjetiva y fideísta del cristiano. Sin embargo, junto a la anterior visión, si se quiere, positiva acerca del término, Kierkegaard vuelte a utilizarlo para calificar lo sucedido con motivo del pecado original. El "salto cualitativo" se daría aquí desde el mismo momento en que Adán cayó en la tentación, transmutándose su estado de inocencia originario; y ello a partir de la misma angustia que la prohibición por Dios le había producido, al desconocer por completo el exacto significado de las palabras acerca de la gravedad y el castigo derivado si comían del árbol prohibido. Esta segunda visión, contestada o más directa y secularmente evitada por la jerarquía, por su parte, la mantendría Kierkegaard en el texto “El concepto de la angustia”, con acierto subtitulado “Un mero análisis psicológico de problema dogmático del pecado original”. Nos encontraríamos, pues, ante dos "saltos (cualitativos)" distintos, al remitir a dos realidades en relación con el espíritu cristiano absolutamente diferentes, como, en este episodio, oyendo parte de las dos obras citadas del autor danés se podrá constatar.