️ ▷ El caso de Hannah Pettey: Veneno en casa
En la tranquila ciudad de Hartselle, Alabama, la vida de Hannah Pettey parecía, desde fuera, la encarnación de una joven felicidad. Casada con Brian Mann, un quiropráctico local, y madre de una niña pequeña, su día a día transcurría entre la vida familiar y la iglesia. Sin embargo, en el verano de 2021, una misteriosa enfermedad comenzó a consumir su vitalidad. Lo que empezó como un malestar general, pronto se convirtió en un calvario de síntomas inexplicables: pérdida de peso drástica, dolores constantes, mareos y un agotamiento extremo que la postró en una cama. Los médicos estaban desconcertados, incapaces de encontrar una causa para su rápido deterioro. Este episodio de Laberinto Criminal se adentra en un caso de envenenamiento lento y calculado, una forma de violencia tan silenciosa como letal. La historia comienza cuando Hannah, pesando menos de 45 kilos y al borde del colapso, es finalmente hospitalizada. Es allí, en la unidad de cuidados intensivos, donde una prueba de sangre revela una verdad impactante que ningún médico había considerado: su cuerpo estaba saturado de plomo. El diagnóstico no era una enfermedad rara, sino un envenenamiento agudo. La pregunta que surgió de inmediato fue: ¿cómo una joven madre de Alabama había estado expuesta a cantidades tan masivas de un metal pesado? Acompañadnos en una investigación que se desvía de las escenas del crimen convencionales para entrar en la intimidad de un hogar. Analizamos el desconcierto inicial de los investigadores al buscar la fuente de la contaminación. Exploramos la figura del marido, un profesional de la salud que parecía un pilar de apoyo para su esposa enferma, pero cuyo comportamiento empezó a levantar sospechas. Seguimos el rastro de la ciencia forense, desde el análisis de supuestos suplementos vitamínicos hasta el increíble hallazgo en unas radiografías que lo cambió todo. Este no es solo el relato de un intento de asesinato, sino la crónica de un engaño sofisticado y una traición inimaginable. Una historia que nos recuerda que las armas más peligrosas no siempre son las que hacen ruido, y que el veneno más efectivo, a veces, se administra con una sonrisa.