️ ▷ Los amantes diabólicos: El caso de Marc Van Beers
En mayo de 1995, un coche cayó por un acantilado en Córcega. En el interior viajaban un joven matrimonio belga en plena luna de miel: Marc Van Beers y su esposa, Aurore Martin. El resultado fue trágico: Marc murió en el accidente. Aurore salió prácticamente ilesa. En un primer momento, las autoridades consideraron que se trataba de un accidente fortuito. La explicación parecía simple: un coche fuera de control en una carretera estrecha y peligrosa. Pero pronto surgieron detalles que no encajaban del todo. Testimonios contradictorios, una escena alterada y la extraña frialdad de la joven viuda empezaron a sembrar dudas. La investigación se complicó todavía más cuando el nombre de otro hombre apareció ligado a Aurore: Peter-Uwe Schmitt, un alemán que ya había vivido una tragedia parecida. Tres años antes, en 1992, su esposa había muerto en un accidente sospechoso: su coche terminó en un canal en circunstancias que muchos consideraron extrañas. Él salió indemne. Las coincidencias eran demasiado grandes para ser ignoradas. A medida que la policía ahondaba, comenzó a emerger un patrón inquietante: muertes rodeadas de seguros de vida cuantiosos, parejas jóvenes que terminaban en funerales prematuros y un trasfondo de engaños y manipulación. Lo que parecía un simple accidente de tráfico en la costa francesa se transformó en un caso que sacudió a Europa y cruzó hasta Estados Unidos, cuando los protagonistas intentaron rehacer sus vidas bajo el sol de Florida. Pero la huida no impidió que la justicia los alcanzara. El caso de Marc Van Beers y los llamados “amantes diabólicos” fue seguido con fascinación por la prensa internacional: una historia en la que el amor, el dinero y la traición se entrelazaban de forma letal.