122 Alistamiento en el Alto Imperio I

Hoy hablaremos con Adrián ( o Castor ), de la Taberna de Castor y Pólux, sobre las patrias del soldado romano. En la época del Alto Imperio Romano, un joven que deseaba unirse a las legiones romanas enfrentaba una serie de condiciones y condicionantes que debía cumplir para ser aceptado. Estas condiciones no solo incluían aspectos físicos y de salud, sino también requisitos legales, sociales y morales. En términos de edad, los jóvenes debían tener al menos 17 años para ser considerados aptos para el servicio. El estado físico era otro factor crucial. Los aspirantes debían estar en excelente forma física y gozar de buena salud. Se realizaban exámenes médicos rigurosos para asegurarse de que los reclutas fueran capaces de soportar las demandas físicas del entrenamiento y el combate. Cualquier signo de debilidad o enfermedad podía resultar en la descalificación inmediata. El carácter y la moralidad del aspirante también eran evaluados. Se buscaba a individuos con un fuerte sentido del deber, la disciplina y la lealtad. Cualquier antecedente de comportamiento deshonroso o criminal podía ser un obstáculo para el reclutamiento. La disciplina era una parte fundamental de la vida en las legiones, y se esperaba que los reclutas siguieran estrictamente las órdenes y reglamentos. Una vez completado el entrenamiento básico, los reclutas eran asignados a una legión específica y comenzaban su servicio activo. El período de servicio en las legiones solía ser de 20 años, aunque esto podía variar. Al finalizar su servicio, los legionarios recibían una pensión y, en algunos casos, tierras como recompensa por sus años de servicio. Mis redes: Mail: angelportillolucas@gmail.com Twitter o “X”: @LignumEnRoma Instagram: @angel_portillo_lucas YouTube: Ángel Portillo Lucas FaceBook: Ángel Portillo Lucas TikTok @angelportillolucas

Om Podcasten

En LIGNUM EN ROMA hablaremos de Roma y de la otra Roma. Hablaremos de la Monarquía, de la República y del Alto Imperio romano. Contaremos la historia de césares y emperadores, legiones y batallas. Pero además nos preguntaremos, ¿Quién era en realidad la población romana? ¿Cómo vivían? ¿Qué pensaban? Hablaremos de cómo se comportaba la gente corriente: amas de casa, los soldados, posaderos, forajidos, mercaderes y gladiadores que constituyen el día a día de la capital del Imperio. Todo ello sin prejuzgar hechos pasados con mi moderna manera de ver las cosas. Esta precaución de concebir lo ocurrido con los ojos de las personas que lo vivieron tiene una doble función: la primera, no enjuiciar sin conocer todos los datos, y la segunda, obtener una comparación entre las formas de pensar de los antiguos y de los contemporáneos. Única manera en la que conoceremos lo que fuimos desechando o ganado a través de una evolución social de dos mil años.