La piel se me erizó, de Karla Barajas

La piel se me erizó Karla Barajas —Les pedí, en tono amable, que no se comieran los cacahuates, son para Laura, tanto que los cuidaba.  Dejaron el altar vacío y la basura por todos lados. ¡Son unos perros malcriados! —regañé a mis mascotas. —Yo les di permiso, tía —dijo el eco de una voz parecida a la de mi difunta sobrina.

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Este es un espacio en donde comparto lo que escribo y expreso de manera oral, escriben, piensan y sienten mis amigas y amigos. Una habitación propia en esta geografía.