Molina, Tania. La espera. Antología ¡Calabacita, tías! Antologadora Karla Barajas.

La espera Tania Molina Oscurecía, había viento y me tapé con mi reboso. Al pasar por la casa de la difunta Chonita, vi una sombra y al lado de ella un perro. Saludé y nadie me contestó. Seguí mi camino, al doblar en la esquina de la calle, los perros de la cuadra comenzaron a aullar. ¿Será que alguien ha muerto?, pensé. Los vecinos me comentaron que don Nicandro, viudo de doña Chonita estaba muy enfermo. Regrese unos pasos para saber si todo estaba bien, la sombra de la difunta seguía esperándolo.

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Este es un espacio en donde comparto lo que escribo y expreso de manera oral, escriben, piensan y sienten mis amigas y amigos. Una habitación propia en esta geografía.