Día 29 | Levítico 7 – 9
Cristo se sacrificó de una vez y para siempre; Su sangre lavó nuestro pecado y ahora somos parte de un sacerdocio santo consagrado a Él.
Cristo se sacrificó de una vez y para siempre; Su sangre lavó nuestro pecado y ahora somos parte de un sacerdocio santo consagrado a Él.