Delirando con Bárbara Pan de Soraluce
Es una afortunada de la vida que ha acabado donde está sin saber muy bien cómo; hija de diplomático, la octava de nueve hermanos, creció dando vueltas por el mundo; absoluto privilegio que la ha convertido en lo que es: un ente hiper sociable que, simultáneamente, necesita mucho de los suyos. Conoció a su marido como resultado de la suerte en el sentido más literal: eran 13 en una mesa y, por pura superstición, la llamaron a ella. Empezó a pintar de joven (estudió Bellas Artes en Irlanda y Restauración en Madrid), pero no se ha dedicado profesionalmente a ello hasta que su hija le abrió una cuenta en instagram (hace unos diez años).Existe igual que pestañea o estornuda: sin pensar de más. No se complica nada, las puertas de su corazón están abiertas a los cambios y a la gente, por eso hace nuevos amigos cada día.