353 - Esplendor en la Hierba - Elia Kazan - La gran Evasión
Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que en mi juventud me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la hierba, de la gloria en las flores, no hay que afligirse. Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo Mientras quede un hálito de memoria, el paso del tiempo no borrará los mejores recuerdos, o eso aseguraba el poeta romántico William Wordsworth, en los versos que inspiran el doloroso romance dirigido por Elia Kazan. La represión sexual, el freno y la moral beata atenazan cada frase, cada gesto de dos jóvenes que se aman, un debutante Warren Beatty y una brillante Natalie Wood, de ojos grandes y nerviosos, ella es el esplendor en la hierba. El agua desbocada, las corrientes que empujan a la chica atormentada a la cascada. La pareja se besa con pasión en el deportivo, no pueden traspasar unas líneas marcadas por el conservadurismo, el puritanismo más acérrimo de Kansas en los años de la Gran Depresión. Y para más inri, el dominante padre de Bud -un convincente Pat Hingle- egocéntrico y vociferante, solo piensa en sus acciones y en que su hijo estudie en Yale, su futuro va unido al negocio familiar del petróleo, ha trazado cada paso de la vida del muchacho sin preguntarle su opinión. A Kazan siempre le obsesionaron las relaciones paternofiliales, tan latentes en “Al este del Edén”, “América, América” o “El compromiso”. Esa madre egoísta anula el idealismo y la ilusión de una adolescente que reza sus oraciones nocturnas junto a un tocador adornado con las fotos de su novio. Kazan, siempre desde su obsesión con Freud y el psicoanálisis, aborda temas interesantes, la capacidad de perdonar a unos mayores que no supieron hacerlo mejor, o no quisieron, la renuncia, la resignación, y de alguna manera la historia escrita por el dramaturgo William Inge nos toca la fibra, todos recordamos a una persona con la que pudo haber sido y no fue, por eso la expresión de ellos dos al final no se olvida nunca. En un final hermoso como pocos, los dos, frente a frente, ella, radiante, él, con su mono de trabajo y su mujer encinta , la ama de casa, esperando en la puerta. El viento mece las hojas de los árboles, no hacen falta las palabras para expresar un sentimiento tan intenso, demasiado profundo para provocar las lágrimas. Kazan comentaba que aunque Esplendor en la hierba no era su mejor película, el último rollo sí era su momento favorito. Esta noche leemos los versos de Wordsworth en el aula del instituto… Zacarías Cotán, Chari Medina, Salvador Limón y Raúl Gallego Blog: cinemalagranevasion.blogspot.com Instagram: la_gran_evasion1_ https://www.instagram.com/la_gran_evasion1_/