Pretérito imperfecto | Hay que tener mucho cuidado con los inventores porque son muy 'choris'

El viernes 14 de enero de 1876, se presentó en la oficina de patentes de Boston un tal Alexander Graham Bell que pretendía patentar un artilugio al que llamó teléfono y con el que, a la postre, entró de cabeza en las enciclopedias.

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Nadie como Nieves Concostrina para volver nuestra mirada al pasado