ME ANULO PARA QUE TE QUEDES.
¿Cuántas generaciones más seguiremos perpetuando el Arquetipo del varón depredador e infantilizado al que hay que rendir pleitesía para que no sea desbordado por su instinto más básico y tratándolo en el mejor de los casos como a un adolescente incapaz de comprometerse y permanecer en una relación adulta? Me niego a rebajar al varón a un depredador que no evoluciona. Al contrario, le honro en su Sagrado Masculino y tengo la certeza de que una mujer individuada y que se ama a sí misma comparte con un hombre igualmente individuado y en absoluto amor a sí mismo, en una relación no tirante sino que afluente, con una dirección armónica hacia la creación consciente de un proyecto común y adulto, en donde no hay perseguidos ni perseguidores, sino que dos voluntades y conciencias presentes que comparten y aman.