Tarataña - De la sutileza de Raquél Lúa a los torreznos sorianos pasando por la folktrónica lusa - 02/03/25

Un programa muy bizarro en este primer domingo de marzo pre primaveral, pues arrancamos con la belleza y la sutileza de una cantante y un guitarrista celta, para terminar degustando torreznos. Y, entre medias, folktrónica llegada de nuestro hermano y vecino Portugal. En cuanto a lo primero, dos delicados protagonistas: la cantautora Raquel Lúa, de la que presentamos su reciente tercer disco “Peinar raíces”; y José Ignacio Cordero, con una entrega más de su mirada hacía los ecos célticos con su recientísimo “El brezo en flor”. Y en cuanto a lo otro, descubrimos un nuevo artista portugués, Laz Hay, además de ya conocido Omiri, ambos metidos de lleno en le folktrónica, para acabar con la grasa saludable del nuevo proyecto que ya vamos conociendo en La Tarataña de Ignacio Sanz, Jesús Ronda y Jaime Lafuente, que se acogen a la personalidad de Torrezneros, y al torrezno soriano dedican un montón de canciones. He aquí un repertorio contundente pero también delicado y elegante: 1.- Raquel Lúa, “Pájaro colibrí” (con Hirahi Afonso), “Pan de muertos” 3:15, “La saeta” 4:13 y “Hache” (con Rita Payés) 5:372.- José Ignacio Cordero, “Suite espliego en flor” 2:40 y “Vals do mencer” 2:583.- Omiri, “Aquí todos sâo bem-vidos” 1:59 y “Pasodobre de Mangüeiro/Olvídame, olvídame” (con Xosé Lois Romero) 3:094.- Laz Hay, “Apascentadora” 4:545.- Torrezneros, “Catar y comer” 2:34, “Parece sencillo pedir un torrezno” 2:25, “Sublime bocado” 1:42, “Pues comamos y bebamos” 2:33 y “Tentándonos siempre” 3:46

Om Podcasten

'Tarataña' surge como respuesta a un fenómeno interesante para las músicas de raíz nacidas en España: las últimas décadas han visto crecer un movimiento de recuperación, adaptación y divulgación de la cultura campesina y las músicas de raíz en nuestro país, que ha propiciado la revitalización de antiguos rituales festivos, la génesis de otros nuevos y el crecimiento de una organización social extensa y variada, que sustenta un nuevo paisaje ritual, colectivo y dinámico.