19) Todos conocíamos a Gustavo ( En la Pascua de Gustavo Gutiérrez, O.P.)
Esa charla fue breve, recuerdo que, torpemente le pedí que nos cuente ¿Qué fue de aquella teología de la liberación? Luego caimos en cuenta de mi torpeza, todos mis compañeros me miraron con sonrisas y yo, rojo de vergüenza, tuve que cambiar mi pregunta…. “ Perdona Gustavo… ¿Qué es la Teología de la liberación? Gustavo sonrío y nos explicó de qué se trataba. Con el tiempo descubrí que mi pregunta, que parecía hablar del pasado, realmente quería hablar del presente, como un constante gerundio que me llevaba a preguntarme… ¿Y para mi, qué está siendo hoy la teología? Con el tiempo y los tropiezos, los aciertos, las horas de lectura y las charlas inacabables comiendo ceviches en el Agustino, masatos en Chiriaco o “Tinticos” en el Barrio de Buenos Aires, al sur de Bogotá, entendí que el discernimiento espiritual implica el mismo riesgo que supone querer liberar, liberarme liberarnos… No sabía cuánto me había marcado esa conversación y ahora entendía porqué un regalo que había recibido unos años antes en mi barrio limeño de breña, un Libro de Gustavo llamado “Beber en su propio Pozo”, era premonitorio de lo que luego me iba a apasionar tanto: La libertad humana. Todo eso, como es lógico, marcó un hito en mi camino vocacional.